EL FENTANILO Y LOS POLÍTICOS

El fentanilo es un potente opioide sintético, hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.

Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado en forma ilegal. Ambos se consideran opioides sintéticos (fabricados en un laboratorio).

El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

El fentanilo fabricado en forma ilegal se encuentra en el mercado de las drogas en diferentes formas, líquido, pastillas y como polvo.

El fentanilo es de acción rápida y muy fuerte. También es bastante barato y fácil de hacer, lo que ha provocado un auge en la fabricación clandestina y en la extensión de su uso. Por eso a menudo se usa como relleno en pastillas y drogas callejeras. Si se consume drogas ilegales o pastillas falsas, pueden tomar fentanilo sin saberlo. Esto podría provocar rápidamente una sobredosis mortal.

Como cualquier analgésico, actúa reduciendo el dolor en el paciente, pero, en el caso del fentanilo, cuenta con una potencia 100 veces mayor a la morfina. Esta sensación de descanso producida por estos químicos es la que acaba generando la dependencia en los usuarios.

Los opioides sintéticos como el fentanilo contribuyen a casi el 70 % de las muertes por sobredosis, incluso en dosis pequeñas, pueden ser mortales.

En España, se vende en las farmacias, con receta y de manera muy controlada, en parches transdérmicos, piruletas o grageas. Pero eso no ha evitado que se haya convertido en el quinto país en el mundo que más lo consume.

Existe un medicamento llamado naloxona (conocida con el nombre comercial Narcan), un antagonista opioide, capaz de revertir las sobredosis de sustancias, como la heroína o el fentanilo, al restaurar la respiración, está disponible sin receta, ya sea en formato de aerosol nasal o inyectable

Estados Unidos está viviendo una de las mayores crisis humanitarias de su historia. Con un promedio de 85.000 muertes al año, según datos oficiales, los opioides, en particular el fentanilo, se han convertido en la droga más letal. Nunca antes habían fallecido tantas personas en tan poco tiempo por el consumo de una sustancia en EE.UU, el país que, como confirman cada año los informes de Naciones Unidas, es el mayor consumidor de drogas legales e ilegales a nivel mundial.

Un estudio revela que en EEUU las sobredosis mortales de opioides sintéticos entre jóvenes de 15 a 24 años aumentaron un 168 % entre 2018 y 2022, principalmente por el abuso de fentanilo. Las tasas más altas de sobredosis mortales de fentanilo fueron por combinarlo con cocaína.

Los cárteles criminales, sintetizan el fentanilo en laboratorios ilegales de países como México, utilizando precursores químicos importados principalmente de China, y posteriormente lo distribuyen en el mercado norteamericano. Trump ha aprovechado la crisis del fentanilo para justificar la imposición de aranceles a las importaciones de México y China. Según el magnate, estos Países no han hecho bastante para frenar el tráfico de esta sustancia hacia los Estados Unidos.

El fentanilo es un factor de conflicto diplomático. Ningún Gobierno de EE.UU ha asumido jamás su responsabilidad en el consumo de drogas ilegales, ni su falta de políticas de prevención y de salud. Suele limitarse a culpar a los cárteles latinoamericanos

El Fentanilo en España, fuera del ámbito sanitario en muy difícil que salte a la calle, es una droga muy peligrosa para los políticos, causa sobredosis, deja las personas muy tiradas provocando alarma social, señalando a los políticos, obligándoles a moverse. Puede haber algún caso aislado, pero nada más que lo detectan lo cortan rápidamente, lo cual hace prácticamente imposible el estallido de una crisis de opioides.

Hay que tener en cuenta, que las drogas están controladas por los servicios de información de los Gobiernos, controlan todas las drogas que hay en el mercado, las que no les interesan como el fentanilo, lo cortan rápidamente.

Una cosa parecida es lo que está pasando en ciudades, villas y pueblos grandes, hay establecimientos públicos generalmente bares, donde acuden las personas adictas a comprar droga, e intercambiarla entre ellos, el último eslabón de la cadena. Los políticos lo consienten para quitar el narcotráfico de la calle, crearían alarma social y apuntarían hacia ellos, obligándolos actuar. Los políticos quieren un consumo silencioso sin que los comprometan. Las fuerzas de seguridad solo actúan si hay altercados ente ellos, que alarmarían a los vecinos.

Las fuerzas de seguridad no pueden actuar contra el tráfico de drogas si no hay orden de los políticos que son sus jefes, en caso de que den la orden, no se les puede hacer control de drogas a través de test, la Ley lo impide, es mediante cacheo. El consumo de drogas duras como la heroína o cocaína no está penalizado.

Las leyes están hechas para favorecer el consumo y tráfico de drogas, nuestra asociación estamos luchando para cambiarlas, los políticos se niegan, por los grandes intereses que mueve (políticos, económicos y sociales) de los cuales ellos son grandes beneficiarios.

Vamos seguir luchando para solucionar este gravísimo problema social.

CON LA AYUDA DE TODOS PODEMOS CONSEGUIRLO

(www.lafaedas.org)

 

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